La operación de venta de la acciones del Oviedo de Control Sport (empresa de Alberto González) al grupo mexicano Pegaso sufrió un vuelco inesperado. Una entidad bancaria notificó a Joaquín Concejo, representante de los compradores, "que las acciones están pignoradas", con lo que esos títulos pueden ser vendidos "pero, previamente a pagar por ellos, se debería quitar de encima la garantía bancaria".