El día que me ofrecieron venir a la Academia le di muchas vueltas a la cabeza y cuando decidí aceptar pensé que era una locura, pero estaba ante el último tren. Ahora estoy encantado, es como si me hubiera ido a jugar a la Premier. Destaca la profesionalidad de todos. Hay nutricionistas, vivimos 24 horas pensando en fútbol y el ritmo de los entrenamientos es mayor, incluso, que el de los partidos de Tercera.