No importa la camiseta, ni el sentimiento por un club. La 12 ha montado un negocio difícil de detectar y más de desarticular porque la ruta del dinero es difusa y sin nombres propios. Lo concreto es que la barra brava de Boca tiene un poder secreto, que consiste en el manejo de entradas que son vendidas a turistas y se convierten en un negocio fenomenal para unos delincuentes que si no consiguen las cosas por las buenas, lo hacen por las malas.