Croacia desnudó hoy con una merecida victoria por 2-1 a una Alemania incapaz de hilvanar algo de juego en el centro del campo y que sólo tuvo algo de mordiente tras la inclusión de Bastian Schweinsteiger, que terminó expulsado, víctima de la impotencia, en el minuto 92. Lenta, espesa, sin capacidad de asociación y superada en número en el centro del campo, Alemania se encomendó en exceso a los balones por alto para crear algún peligro.